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Curso
13 Noviembre 2024

Con el objetivo de brindar un espacio de formación para la profundización, reflexión y análisis de la trata de personas como una problemática compleja y una grave violación a los Derechos Humanos, Plemuu y El Paso llevamos a cabo un curso dirigido a todos los equipos de Plemuu.

La capacitación se realizó de forma virtual, semanalmente a lo largo de octubre, con un taller presencial en la Casa de las Ciudadanas en noviembre para los equipos de Montevideo y San José.

Los contenidos estuvieron divididos en los siguientes ejes:
1) Trata de personas. Complejidades y condiciones de producción.
2) La migración y la trata de personas: un vínculo intrincado.
3) Enfoques analíticos: marco de referencia para la comprensión de la problemática social.
4) Marco jurídico a nivel internacional y nacional sobre trata de personas.
5) Elementos, rutas, modus operandi de las redes.
6) Trata con fines de explotación sexual.
7) Atención y protección a las víctimas y testigos de trata de personas.

Trata de personas


La trata de personas es un grave delito y una problemática social muy compleja, violentando derechos humanos fundamentales, económicos, sociales y culturales, y es considerada una de las más graves violaciones de los derechos humanos y una forma de violencia extrema.


Es una problemática social actual, sin embargo, presenta una profunda raíz histórica y cultural.

También se caracteriza por ser un crimen mutable, vinculado con los diferentes contextos y coyunturas políticas, económicas y sociales, adquiriendo dinámicas nacionales, regionales y transnacionales, que se manifiesta de forma globalizada, ningún país es inmune a este delito
contra los derechos humanos.

La trata sexual es una forma de violencia estructural que se articula con el mercado capitalista, perpetuando la mercantilización y sujeción de las mujeres. Ubica a las mujeres como objetos de consumo del varón y las reduce a la esclavitud.

El consumo del cuerpo de las mujeres está normatizado en la ley patriarcal; habilita y promueve a los varones a ese consumo, ya que es parte de los derechos que les son conferidos en el contrato sexual. Esto consolida la naturalización e invisibilización de la violencia de género
implícita en el mercado sexual.